Durante estos meses, después del confinamiento, hay más personas que nunca planteándose su divorcio o la ruptura de su relación de pareja. Muchos han pedido
asesoramiento y están valorando dar un paso adelante y solicitar el divorcio y
otros ya lo han hecho en los últimos meses.
A lo largo de los años he visto muchas parejas que deciden dar ese paso y es
curioso lo distinto que actúan unas personas y otras ante la misma situación.
Las causas de la ruptura pueden ser muy variadas y a veces los abogados no
llegamos a saber ni una mínima parte de las razones que les han llevado a tomar
esa decisión, pero creo que, al menos, se debería intentar llevar este proceso
de la forma menos dolorosa posible para todos los integrantes de la familia.
Especialmente cuando hay hijos.
Hace unos días la presidenta de la Asociación española de abogados de familia, a la
que pertenezco, Mariló Lozano, decía que “el mejor abogado de familia no es el
que gana el juicio, sino el que deja a la familia el mejor escenario posible” y
estoy totalmente de acuerdo con ella, aunque el cliente en ese momento no sepa
verlo.
Normalmente el divorcio es una situación nueva y como muchas veces pasa ante situaciones
novedosas, uno no sabe cómo reaccionar.
Por eso, os dejo algunas orientaciones que creo imprescindibles para plantearse el
divorcio de forma madura:
1.- Cuando nos planteamos el divorcio muchas veces uno está tan dolido que no
quiere ni ver ni hablar con la otra persona. Sin embargo, sea directamente o
sea a través de profesionales, lo mejor es hablar las cosas de forma madura y
no cortar toda comunicación. Si uno es capaz de hablar dejando a un lado los
reproches y simplemente poniendo las cartas sobre la mesa, ya es un gran
avance. Como siempre digo, la “táctica del avestruz” es un error, los problemas
hay que afrontarlos, no huir de ellos o esconderse como si no existieran.
2.- No firmes lo primero que te propongan. La mayoría de las veces lo que queremos
es terminar cuanto antes, no alargar el proceso, que el otro o la otra se vayan
de casa y empezar de cero. Especialmente cuando la convivencia continúa, es
lógico que queramos que todo acabe pronto pero no por ello debemos firmar
cualquier cosa, porque luego es difícil rectificar algo ya firmado.
3.- No mantengas a tus hijos al margen. Los niños deben saber lo que pasa, adaptado
a su edad. Lo captan todo y se enteran de todo aunque creamos que no, así que
lo mejor es adaptar el mensaje a su edad, pero aportarles tranquilidad ante lo
que se avecina y que sepan siempre que nos tienen a su lado.
4.- No te centres en ti, céntrate en tus hijos. En cuanto a la custodia, trata de
no ser egoísta. Piensa realmente qué es lo mejor para tu hijo/a y actúa en
consecuencia. Si lo mejor para ellos es estar con su padre y con su madre no utilices
la decisión sobre la custodia para hacer daño al otro/a.
5.- No niegues ni escondas los gastos, sé realista y objetivo. Los gastos
familiares y los de los menores en particular, son los que son.
6.- No te lances de cabeza al juzgado. Trata de llegar a un acuerdo. Si el
procedimiento es consensuado siempre será más fácil la relación posterior. La
relación con tu ex no termina después del juicio, sino que continúa a veces
durante toda la vida, especialmente si existen hijos comunes. Dedícale tiempo al
asunto para conseguir hacerlo de mutuo acuerdo y no vayas directo al juzgado.
7.- No mezcles temas penales con temas civiles. Es decir, no encadenes denuncia
tras denuncia cuando no hay un motivo. Céntrate en el tema matrimonial y
soluciónalo. Si entras en una espiral de denuncias sin motivo lo único que
conseguirás es comenzar una guerra que durará años y os perjudicará a todos,
cónyuges e hijos, durante mucho tiempo, tanto económicamente como
psicológicamente.
8.- A veces uno no es capaz de afrontarlo sin ayuda y no pasa nada. Si necesitas
ayuda, pídela. Hay profesionales que te pueden ayudar, como la asociación
“Sumando” y su proyecto “Dos casas, una familia”.
9.- No dejes de utilizar el sentido común. A veces uno se bloquea con cosas mínimas
y se enzarza en una discusión que, con el tiempo, se ve que es una tontería.
Cuando el tema se bloquee, acude al sentido común y seguro que encontrarás una
solución razonable.
10.- No vayas al primer abogado que conozcas. Hay muchos abogados y muy buenos, pero
cada uno lleva unos temas. Puede que tu abogado sea muy bueno en temas
laborales o penales, por ejemplo, pero no esté tan acostumbrado a llevar temas
de familia y eso en la práctica se nota.
Por último solo me queda desearte suerte y que puedas enfocar tu divorcio, si es el
caso, de forma que el escenario familiar que quede después sea el mejor para
todos.